La furia de la "torcida"
Durante los años setenta se dio una de las más grandes masacres en la historia del fútbol en la final de la Liga de Campeones de la UEFA cuando se enfrentaron la Juventus FC y el FC Liverpool, a partir de ese momento el técnico de los ingleses Billl Shankly dijo: "El fútbol no es solo una cuestión de vida o muerte. Es algo más importante que todo eso". El fútbol, por ejemplo, ha convulsionado tanto al mundo que ha llegado a parar guerras como cuando Pelé fue a jugar con su equipo, el Santos, un partido amistoso a Nigeria en donde se desataba una guerra civil y esta tuvo una paz de 48 horas pues ninguno de los dos bandos de la ciudad de Biafra querían perderse al "Rey" jugar. Tambien se puede recordar a Maradona y su famosa "Mano de Dios" cuando vengó las Malvinas contra los inglese en el 86.
Esta vez, un grupo de hinchas enfurecidos por el fracaso de la selección de Brasil en el Mundial de Alemania destrozó una estatua erigida en honor de Ronaldinho Gaúcho en la ciudad brasileña de Chapecó. La imagen, de 7,25 metros de altura, elaborada en resina y hierro y que representaba al jugador del Barcelona dominando un balón, amaneció este lunes totalmente destrozada y quemada.
Lo que no era más que un esqueleto de hierros humeantes había sido inaugurado hace dos años, cuando fue instalada en una céntrica plaza de la avenida Getulio Vargas, en pleno centro de Chapecó, como homenaje al que muchos consideran el mejor futbolista del mundo. La artista plástica Kattielly Lanzini, autora de la obra, dijo que el ataque es una prueba "del vandalismo y los fanatismos que se ven en los estadios de fútbol".
Ronaldinho, el futbolista de la eterna sonrisa, ha sido considerado por la crítica deportiva brasileña e internacional como una de las mayores desilusiones del Mundial de Alemania, en el que jamás llegó siquiera a asomar su fútbol.
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